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En busca de la homeostasis perdida



HOMEOSTASIS


"...la idea de que el organismo tiene un nivel ideal de oxígeno necesario, un grado óptimo de acidez, una temperatura ideal, etc. Todas esas variables se mantienen en equilibrio homeostático, un estado en que todas las medidas fisiológicas se hallan a un nivel óptimo en un determinado momento del día, estación del año, edad del organismo, etc. El cerebro ha evolucionado para buscar la homeostasis...".

"...un agente estresante es cualquier cosa del mundo exterior que rompa el equilibrio homeostático del cuerpo, y la respuesta de estrés es el intento por parte del organismo de restablecer la homeostásis...".

(¿Porqué las cebras no tiene úlcera?, Robert M. Sapolsky)

El término "homeostasis sicológica" fue introducido por W. B. Cannon en 1932, designa la tendencia general de todo organismo al restablecimiento del equilibrio interno cada vez que éste es alterado. Estos desequilibrios internos, que pueden darse tanto en el plano fisiológico como en el psicológico, reciben el nombre de genérico de necesidades.
De esta manera, la vida de un organismo puede definirse como la búsqueda constante de equilibrio entre sus necesidades y su satisfacción. Toda acción tendente a la búsqueda de ese equilibrio es, en sentido lato, una conducta.



¿DONDE ESTÁ MI HOMEOSTASIS?

   ¿Cuando la perdí?... no lo sé, lo que si sé es que la estoy volviendo a encontrar. Y digo bien, volver a encontrar, porque conforme recupero cosas perdidas, casi olvidadas, me doy cuenta de que están en mi interior, aunque simplemente las dejé de escuchar, las ignoré. Y es ahora cuando me doy cuenta de lo importante que es escuchar a tu interior, y ahora me doy cuenta de las señales, esas que te indican el camino, por fin me cuadran las cosas.


   No echaré de mi interior las buenas sensaciones, no te echaré de mi vida, porque es tu vida, no te echaré de mi casa, porque es tu casa, porque tu eres la clave de mi homeostasis.


(Gracias BB)


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Lo que es, es.

Sobre algo que escribí el 30 de Octubre de 2005:

   Ese día escribí lo siguiente: "Jorge Bucay, en su libro Cuentos para pensar, nos habla de tres verdades universales, lo que él llama ideas-montaña, ideas-río, ideas-estrella.

   Dice así: La primera verdad es que...lo que es, es...y dice: la realidad no es como a mí me convendría que fuera. No es como debería ser. No es como me dijeron que iba a ser. No es como fue. No es como será mañana. La realidad de mi afuera es como es.

   La segunda verdad universal dice que...yo soy quien soy..., y otra vez: yo no soy quien quisiera ser, yo no soy el que debería ser, yo no soy el que mi madre quería que fuese. Ni siquiera coy el que fui. Yo soy quien soy.

   Y la última verdad universal que expone es que...nada que sea bueno es gratis...todo tiene su precio, todo lo bueno, y además, es por anticipado, no hay cuotas ni plazos".


   En general no me gustan mucho los libros llamados de auto-ayuda, pienso que proponen soluciones genéricas a problemas genérico, y que son de difícil aplicación a los problemas reales que se pueden tener. En otros casos, solo dicen lo que uno quiere escuchar cuando está mal, no ofreciendo ninguna clase de ayuda.

   Sin embargo, en el caso de estas tres verdades (en palabras de Jorge Bucay), que a mi me gusta más llamarlas tres conceptos, he de reconocer que, según mi experiencia vital, estoy de acuerdo con ellas.

   Parece algo obvio lo que dicen estas tres verdades, aunque las cosas obvias, cuando se ponen en práctica, pueden no serlo tanto.
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¿Quieres que te coma a besos?...



Aquel día te dejaste tocar,
y mis manos sintieron,

aquel día te dejaste besar,
y mis labios hirvieron,

aquel diciembre de invierno,
sentí un calor en el cuerpo,
que no me lo quiero quitar,

quiero calor
quiero amor
te quiero