Una vez tuviste un sueño, pero de esos sueños que se tienen despierto, con los ojos abiertos y la mirada perdida. esos que te hacen feliz e infeliz a la vez.
Surgen de la nada, o eso creemos, crecen en tu interior y despiertan deseos, despiertan pasiones, despiertan tormentas.
Esos sueños nacen sin la intención de convertirse en realidad, y poco se diferencian de aquellos otros que se tienen con los ojos cerrados, hasta que te das cuenta de que, como nos sucede con el calor, llega un momento en que no puedes seguir quitándote ropa, pero sigues teniendo calor, no puedes despertar de ese sueño porque ya estás despierto. La inconsciencia sabe a felicidad, y sueñas y sueñas, la consciencia te produce infelicidad, porque te das cuenta de que has estado ausente de la realidad, de la hastía realidad.
Estás ahí, con la boca abierta y la mirada perdida, tu corazón se agita, notas como tu cabeza se zarandea, y te percatas de que reclaman tu atención en el mundo real y...vuelves a la consciencia, a la dura realidad diaria.
De repente en tu mente, como por arte de magia, brota una pregunta: ¿porqué no...?...tu vida ya ha cambiado...
No dejes de intentar convertir tus sueños en realidad.
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